Brujas es una ciudad al norte de Bélgica que supo conservar en el tiempo parte de su arquitectura y trazado urbano medieval.
A la ciudad llegué por tren en unas 6 horas desde Amsterdam, combinando un tren internacional con uno nacional en la estación de Bruselas, capital de Bélgica.
Al llegar la estación no parece para nada extraordinaria pero a medida que se va caminando hacia el centro histórico nos encontramos con una ciudad pulcra, moderna y con razgos medievales.
Como antiguamente la ciudad nació y prosperó gracias a sus canales, se pueden apreciar una gran cantidad de pequeños puentes y calles angostas como si de una mezcla medieval entre Amsterdam y Venecia se tratase.
Como contaba con poco tiempo para recorrer la ciudad tomé un bus turístico que sale desde la plaza principal y nos lleva a los puntos más importantes. Pero realmente es una ciudad para visitar más de un día ya que está plagada de detalles arquitectónicos, plazas, puentes y tiendas de venta de chocolate belga.
A la ciudad llegué por tren en unas 6 horas desde Amsterdam, combinando un tren internacional con uno nacional en la estación de Bruselas, capital de Bélgica.
Al llegar la estación no parece para nada extraordinaria pero a medida que se va caminando hacia el centro histórico nos encontramos con una ciudad pulcra, moderna y con razgos medievales.
Como antiguamente la ciudad nació y prosperó gracias a sus canales, se pueden apreciar una gran cantidad de pequeños puentes y calles angostas como si de una mezcla medieval entre Amsterdam y Venecia se tratase.
Como contaba con poco tiempo para recorrer la ciudad tomé un bus turístico que sale desde la plaza principal y nos lleva a los puntos más importantes. Pero realmente es una ciudad para visitar más de un día ya que está plagada de detalles arquitectónicos, plazas, puentes y tiendas de venta de chocolate belga.