La subida realmente vale la pena porque las vistas de la bahía de Ushuaia son espectaculares.
También está la opción de subir en aerosillas hasta una zona elevada de la montaña y luego seguir a pié hasta la zona de la cubeta. Ya en la zona donde se encuentran los hielos es mejor andar con cuidado y sin salirse del rudimentario camino de piedras ya que la superficie es muy resbaladiza y quebradiza.
Bajar tampoco me resultó del todo fácil debido a que no llevaba ningún equipo de alpinismo y se pierde el control con facilidad a riesgo de caer sobre la superficie rocosa de la montaña.
Como recomendación es mejor subir con alguien o con un guía experimentado si no se tiene experiencia en alpinismo; tenía un rudimentario mapa también pero no me sirvió de mucho, porque es difícil orientarse en una superficie rocosa con una o dos señales.
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